La peineta de Varoufakis, real o no: El formato audiovisual pierde su credibilidad informativa
Madrid, 19 de marzo 2015.- El vídeo es y será el formato rey para la comunicación y la información entre las personas con acceso a televisiones e Internet. De acuerdo. Pero hay una gravísima asignatura pendiente del formato audiovisual: La veracidad de las imágenes. Un ejemplo de estos días. ¿Dedicó el ministro griego de economía una peineta a Alemania en una conferencia?. Sí o No. Pues en los siguientes vídeos hay versiones que apoyan la veracidad del Sí y del No. ¿Pueden ser las dos verdad, al mismo tiempo?.
Veamos (y escuchemos un cursillo rápido de alemán):
A continuación, el programa de humor alemán que parece realizó la manipulación:
Desde el diario Bild lo ven así:
Y los que insisten en que el vídeo de Varoufakis es real:
Este ejemplo sólo es una anécdota curiosa que quizás habría supuesto:
- La expulsión de Grecia del Euro.
- Un impacto negativo en la cotización de la moneda europea con el dólar y el yen.
- Una quiebra en la construcción de la Unión Europea al dejar caer un socio con problemas.
- Una nueva recesión económica en unos meses.
- Y un éxodo de miles de griegos a países más prósperos. (Efectos curiosos para una anécdota curiosa).
Grave y muy preocupante
Lo verdaderamente lamentable es no saber al 100% quién dice la verdad. No disponer de unas imágenes totalmente veraces y fuera de toda duda. No contar con una herramienta informática que dictamine la manipulación de unas imágenes, sin ninguna participación humana. Una horrenda situación que ocurre tanto en Internet, como en todas las cadenas de televisión de todo el mundo, ya sean privadas, públicas, autonómicas, locales o piratas. Históricamente, la distorsión de la realidad se produjo en los textos y crónicas, después las fotografías, como recordamos de algunos regímenes totalitarios. Más tarde en los archivos sonoros y hoy en las imágenes. Por supuesto, que la peineta de Varoufakis no es una anécdota curiosa, es un ejemplo más de la gran debilidad intelectual que vivimos al creernos 100% todo lo que vemos en la televisión e Internet.
Otra posible conclusión es asociar la condición humana con su capacidad innata de distorsionar la realidad en beneficio propio o intereses ocultos. Esta evidencia deberá enfrentarse en algún momento con una medicina o una solución inteligente. Y evitar que una gracieta, sin ninguna gracia, produzca una cadena de conflictos a cada uno de nosotros.