¿El silencio es comunicación?: Sí
Madrid, 2 de diciembre del 2014.- El silencio es la situación más temida por un Departamento de Comunicación ante cualquier tipo de situación rutinaria: Un cuestionario de un periodista, una sesión de fotos de una revista, una rueda de prensa, un evento público, una junta de accionistas, una crisis de fabricación o servicio. Somos dueños de nuestros palabras y de nuestros silencios. ¿Pero el silencio comunica?. ¿El silencio es estratégicamente beneficioso?. ¿El silencio contribuye a construir la reputación profesional o corporativa?. ¿En determinadas empresas el silencio es obligatorio?. ¿En determinados líderes empresariales el silencio es una recomendación? ¿Los silencios que duran 50 años para hablar qué comunicarán?. ¿En la era de la “hiperinfoxicación”, “tsunami de opiniones y memes en tiempo real”, la ausencia de ruido oxigena?.
Cada situación, cada circunstancia, cada estrategia de negocio invitará a utilizar el silencio, la abstención de hablar, para favorecer el desarrollo final de la comunicación. Por ejemplo:
Comunicación Interna: El líder de una compañía y los mandos intermedios deben comunicarse con el resto de profesionales. Deben hablar diariamente para poner en marcha el plan de negocio, la estrategia, las tácticas, etc. El silencio aquí parece incompatible con el sentido común.
Postura frente a la prensa: Si eres el gerente o el CEO de una gran multinacional, o de una pyme, tienes que decidir si tu perfil va a ser público o privado. Si tendrás presencia informativa en los medios de comunicación o no concederás ni una sola entrevista, nunca. Las compañías y sus marcas se identifican cada día más con los líderes que las gobiernan. El silencio aquí es estratégico, pero sólo recomendable cuando sea la excepción, y no una regla.
Internet: Aquí el silencio no existe. El derecho al olvido se ha comenzado a aplicar por los buscadores de Internet en este ejercicio. Y gracias a Europa, más que en otras regiones. Siempre aparecerá tu nombre, una foto tuya o un vídeo tuyo en Internet. Siempre. Porque hay 3.000 millones de personas con acceso a Internet (de un total de 7.000 millones de habitantes en el planeta Tierra) que pueden opinar sobre tí, fotografiarte o grabarte un vídeo en tiempo real…y sin pedirte permiso. Hasta puedes salir accidentalmente en un programa informático que radiografía los mapas y calles de todos los países.
Una crisis: El silencio juega aquí un papel vertebrador en el desarrollo de los acontecimientos. Quién guarda silencio, cómo realiza el silencio y durante cuánto tiempo serán variables a gestionar por profesionales de la comunicación corporativa y personal. El silencio reactivo o el silencio productivo se deberían fijar previamente en un Manual de Crisis. Hoy en día, la transparencia informativa, dar la cara, explicaciones y contestar a cada duda de cada consumidor o cliente, son actuaciones muy reconocidas y reconocibles.
Influencers Digitales: La reunión con las personas más influyentes de tu sector en Internet es otra actividad habitual. Los “influencers” cumplen su función puntualmente. Al igual que la gestión de los “evangelizadores” de marca con un retorno más a medio y largo plazo. En cualquier caso, los “influencers” valoran el trato directo con los líderes de una empresa. Aquí el silencio nunca es recomendable porque las críticas serán en directo y con riesgo de viralizarse, en cualquier momento, al antojo y capricho del resbaladizo trenging topic.
En definitiva, el silencio debe utilizarse como una herramienta más de comunicación, pero analizando sus pros y contras según la coyuntura, cotidiana o crítica. El sujeto del silencio también debe ser muy claro. Es decir, un jefe de prensa o un director de comunicación no deberían practicar nunca el silencio.
Algunos silencios…con arte
Día del Silencio from Queer U on Vimeo.
Silencio from Bandera Negra on Vimeo.
En Silencio from Pedro Sánchez on Vimeo.
Mi silencio. from germanrr on Vimeo.