Capítulo 57 (El bosque en el móvil): La mitología de lo efímero, el reduccionismo del “yo real” por el “yo digital”

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Madrid, 18 de julio del 2013.-   Los mercados son conversaciones, de acuerdo. ¿Pero qué poso nos dejan las conversaciones digitales? ¿Qué valor, qué conocimiento, qué aporta a la construcción de nuestro yo real?. Depende:

  • Los diálogos en Whatsapp, o en cualquier otra herramienta de chat, como llegan se van. A no ser que su uso sea laboral. 
  • Las conversaciones en los hilos de Facebook (o Tuenti), sin enlaces web de valor por medio, son similares a los intercambios con los vecinos en el ascensor.

  • Las fotografías o vídeos breves en Instagram, Vine, Viddy, Flickr, etc son como las chispas vitales de cada uno de nosotros. Pero, las vemos, nos alegran y se acabó.
  • Los currículos enriquecidos en Linkedin son la actual tarjeta de visita profesional. Y donde esta herramienta se crece es en la búsqueda de empleo y el fomento de relaciones públicas. El valor de Linkedin se mide en la profundidad del bolsillo. 
  • Twitter (confieso que mi preferida) te permite hablar con competidores, colegas y hasta famosos. Aporta valor, según la lista de seguidores que te construyas con el tiempo. Aporta conocimiento, 24 horas antes que los medios de comunicación. Por ejemplo, los famosos ahora anuncien sus novedades en Twitter, no con un comunicado o rueda de prensa. Y te ayuda a formarte como persona y como profesional. Las conversaciones, públicas o privadas, consolidan relaciones personales y profesionales. 
  • Blog (mi segundo preferido) o diario digital. Esta herramienta es única e instransferible. La bitácora pública donde publicamos lo que nos da la gana. Deja poso porque se queda para toda la vida (todo lo que se sube a Internet se escribe a bolígrafo). Aporta valor porque tus escritos hablan de tí, como persona y profesional. Te ayuda a crecer, madurar e intercambiar conversaciones con otras personas y colegas. 

Sin embargo, vivimos un culto de lo efímero, el nuevo “becerro de oro” es el tiempo real compartido en multitud de canales de comunicación, el “yoyoismo digital” que no nos deja discriminar lo que es realmente trascendental. ¿Qué es más importante disfrutar una fiesta con tu mujer e hijas o subir una foto a instagram, comentarlo en facebook, geolocalizar el local en foursquare, recomendar en twitter o yelp, publicar un minivídeo en Vine, Viddy, etc?. ¿Nuestro yo digital gana ya al yo real?.  Un yo digital que se engrandece con el número de seguidores, fans, otros “yo” digitales, sin ninguna estrategia, táctica o discurso coherente. ¿Te imaginas a todas las redes sociales sin publicar el número de yo digitales que te siguen?. ¿En qué cambiaría la imagen o reputación de cada yo real si nadie, más pudiera ver mi número de fans en Facebook, mi número de seguidores en Twitter, mi número de contactos en Linkedin?. El divismo, el egocentrismo del yo digital gana al yo real. Y a esta juegan las redes sociales digitales y todo el ruido auxiliar que las rodea (el papel de los medios de comunicación convencionales, que será pasto de otro post). 

Lo trascendental es todo aquello que te hace la vida más sencilla, aquello que te ayuda en tu vida personal y profesional, aquello que te hace feliz por momentos. Lo esencial se aleja de redes sociales o herramientas digitales que buscan ganar dinero con tu “yo digital”, y les trae al fresco el “yo real”.  

Las marcas adoran al “yo digital”

Las marcas favorecen la cultura de lo efímero y viven encantados de nuestro yo digital al que alimentan con tiendas on line, pagos on line, mapas on line, historias on lline, juegos on line, etc. Y esto es así, porque las grandes marcas, medianas y pequeñas necesitan vender, vender y vender. Y utilizarán todos los medios y canales para conseguirlo. Si todos tenemos un móvil en el bolsillo, las marcas crearan todo tipo de servicios y nos inventarán necesidades, para que el móvil sea el nuevo instrumento comprador. Si resulta que ahora hablamos por las redes sociales comentadas, las marcas se meterán, intentarán hablar con nosotros, para vender, vender y vender. Por cierto, esto que en Estados Unidos ya han conseguido en los últimos años, aún cuesta entender en España. La pequeña y mediana empresa, obsesionada por no cerrar, cree aún en los métodos tradicionales de promoción, publicidad y merchandaising. Numerosas pymes están retrasando sus estrategias de marketing y comunicación digital…demasiado. Quizás cuando lleguen, sus comunidades virtuales nos les harán ningún caso. Bueno, comunidad virtual son sus clientes de toda la vida. Mi yo digital acaba de apoderarse una vez más de mi yo real. 

Y sin olvidar una evidencia ya histórica: “las marcas no pertenecen a las empresas, sino a sus clientes”. En conclusión, si deseas gestionar tu identidad digital, hazlo a través de un blog profesional en wordpress, abre y mantiene una cuenta en twitter y aprovecha las relaciones en linkedin. El resto de redes sociales o herramientas digitales son sólo colores, con muchos filtros. El yo real es el que vale, no dejes que le gane el yo digital. Ahora con tranquilidad y sin el ruido de ninguna notificación…apaga el ordenador, tu móvil, la tableta y haz una de esas cosas que le encantan a tu “yo real”, fuera del trabajo, de tu casa, de tu ambiente, de tu círculo de comodidad. ¡Y no se lo cuentes a nadie…por favor¡. 

Una respuesta a “Capítulo 57 (El bosque en el móvil): La mitología de lo efímero, el reduccionismo del “yo real” por el “yo digital””

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